jueves, 6 de octubre de 2011

De herencia


(BANDA SONORA DEL POST:"ANCHOR", MINDY GLEDHILL)


Esta semana ha llegado a España la semana de la lana.
Una campaña que se celebró en septiembre en Londres y se extenderá hasta Tokio, Amsterdan Berlín, Oslo...


Con ella se pretende concienciar del uso de este material como producto natural, renovable, biodegradable y sostenible que cuenta con cualidades hipoalergénicas y aislantes; sin embargo, su uso se ha visto perjudicado por el auge de los materiales sintéticos.

'Campaign for wool' reúne a más de 60 empresas bajo el lema "Vive de forma natural...usa lana" y cuenta con el apoyo del Príncipe de Gales, padrino del proyecto, y diversas personalidades como el actor Colin Firth y renombrados diseñadores como Vivienne Westwood o Paul Smith.



En España El Corte Inglés se suma a la campaña con el fin de incentivar el consumo de un tejido de tan larga tradición en nuestro país, cuna de las ovejas merinas e importante productor de esta fibra.


Es por ello que me ha recordado los orígenes de mi familia paterna...

La casa familiar donde viví hasta los 10 años se asentaba sobre el almacén y oficinas del negocio familiar que mi abuelo había fundado y donde sus doce hijos se habían criado. El gran portal, escenario de mis juegos, en las tardes de los domingos, daba paso a la izquierda a la escalera que subía a la vivienda, a la derecha las oficinas y al fondo una cristalera que daba paso al almacén.


Al entrar en el almacén recuerdo su olor fuerte y seco, me

picaba en la nariz.






Todas aquellas enormes sacas marrones apiladas unas encima de las otras, identificadas por sus números tintados. Las de números rojos las que tenían lana blanca, las de números negros, la lana del mismo color, negra.


Aveces, se rompían y dejaban caer parte de su contenido al suelo.



Aquí llegaban de los pueblos de toda la provincia en rebosantes


camiones.

Y a hombros de los hombres eran descargadas y llevadas al almacén donde las colocaban apiladas, entre las vigas de madera que servían de soporte, para que no se cayeran.

Me gustaba jugar entre ellas y tirarme desde las más altas para caer en una mullida saca que frenaba mi caída.

Desde aquí se las llevaban a la fábrica, donde después de lavarlas cuidadosamente en la playa de la orilla del río, secarla en tendales bajo los chopos, la cardaban, la hilaban y en su tono natural creaban los primeros ovillos de rústica lana.


southwool lana artesanal mecha habano lana pura de oveja,merino / corriedale, hilada y teñida,a mano

Cuando iba a la fábrica, el sonido ensordecedor de las máquinas, el ir y venir de los carros y el trajín de las tejedoras me hipnotizaban.
Hasta que la señora Victoria, son su gran sonrisa, me cogia entre sus brazos y me mostraba la máquina que estrenaron el día que yo nací.

De aquí, a la tintura. Colores vivos, oscuros, naturales....todos.



Y de nombre, los de sus hijas: Lana Lourdes, Lana Pili, Lana Tati...






Otras partidas de hilo, las destinaban a confeccionar paños y mantas. Mantas 100% pura lana, gruesas, pesadas, de colores reversibles con dobladillo de raso. Las que siempre hemos tenido en casa .





Hasta que las nuevas fibras aparecieron y las convirtieron en mantas igual de calentitas pero más suaves y lijeras. Pero como todo tiene un principio y un fin, los edredones hicieron su presencia y éstas también se vieron sustituidas.



La celebración de la semana de la lana me ha traído gratos recuerdos. Me uno a ésta campaña.

Recuperemos las prendas de tacto suave y cálido de la lana.



Y para las más mañosas, les dejo este lema: